De aquella cultura que nos dejó, tenemos muchas obras de
arte, me voy a limitar a la Alhambra y a algunos de los poemas dejados por sus
poetas en los mismos muros del palacio.
En la fachada del Salón de Comares hay unos versos de Ibn Zamrak (*) que dicen:
Soy corona en la frente de mi puerta.
En mi envidia el Oriente al Occidente.
Siempre estoy esperando ver el rostro
del rey, alba que muestra el horizonte.
¡Dios haga sus obras tan hermosa
como lo son su temple y su figura!
como lo son su temple y su figura!
Sala de la Barca, al frente Patio de los Arrayanes. |
O aquellos otros que, esculpidos en los arcos,
dan paso desde el Patio de los Arrayanes
a la Sala de la Barca, su autor Ibn Yayyab (*) en tiempos de Yusuf dice:
Soy como la tarima de una novia
por mi perfección y belleza.
Sabes que digo verdades
cuando miras mi aguamanil.
Me corono por encima
un arco como la media luna.
El rey es como un sol hermoso
que brilla en el reino.
¡Que siga e n puesto tan alto
sin que conozca el ocaso!
sin que conozca el ocaso!
En el Salón de Embajadores hay otros versos de Al-Jatib (*) que dicen:
Mi tejido lo bordaron dedos hábiles
después de engarzar perlas en mi corona.
Soy como el sillón de una novia, incluso mejor
porque aseguro la felicidad a los esposos.
Si alguien me trae sed, mi fuente le da
un agua limpia, clara y dulce
cuando brillo soy como un arco iris.
El sol es mi rey Yusuf
Esta es una parte de mi Granada, de mi ciudad a la que no
quiero renunciar, aunque lo quieran unos, tampoco deseo renunciar a aquella
otra que me ha dejado obras arquitectónicas del Gótico, del Renacimiento,
modernistas y tantas otras obras que sus dirigentes no han sabido trasmitir a
siguientes generaciones. Esta, toda esta es mi Granada.
(*) Bueno García,
Francisco. 2004. “Los Reyes de la Alhambra. Entre la historia y la leyenda”.
Ediciones Miguel Sánchez. Granada.