Esta noticia no me sorprende, siempre he creído que el ajedrez es un magnífico método educativo en la escuela; hace casi 30 años cuando lo quise introducir, en un principio, como actividad extraescolar me lo rechazaron, eran otros tiempos y aún había directores de la vieja escuela, los mismos que eran partidarios de aquello que decía: “La letra con sangre entra”
Hoy leo con satisfacción en el portal “educared” que el ajedrez encierra un valor educativo incalculable. Fomenta la toma de decisiones, la paciencia, el autocontrol. Es un juego que obliga a planificar, deducir, comprender, un juego en el que la derrota es una terapia y el error una suerte de ventaja, ya que te obliga a revisar toda la partida. Estas son algunas de las ideas se intercambiaron en el Campeonato de España de Ajedrez Escolar por Internet.
El ajedrez es una actividad transversal que desarrolla hábitos positivos y ayuda al aprendizaje de otras asignaturas, potenciando aspectos clave del rendimiento escolar e incidiendo en la emergente formación del carácter de los alumnos. Entre las áreas cognitivas y emocionales que potencia este juego en los alumnos destacan la concentración, la visualización, la reflexión y reacción, la ponderación de las opciones, el análisis concreto, el pensamiento abstracto, la planificación y la atención en paralelo a múltiples sucesos.